Celebrando la Anexión de Nicoya: Un homenaje a la riqueza y diversidad cultural de Guanacaste

Cada 25 de julio, Costa Rica celebra una de sus fiestas nacionales más importantes: la Anexión del Partido de Nicoya, una decisión pacífica tomada en 1824 por el pueblo de Nicoya para unirse a la joven República de Costa Rica. En la provincia noroccidental de Guanacaste, esta fecha no es solo un acto histórico: es una expresión viva de identidad, orgullo y diversidad cultural.
Para quienes visitan el Hotel Hacienda Guachipelín, ubicado al pie del Volcán Rincón de la Vieja, la semana del 25 de julio es una oportunidad única para vivir la cultura guanacasteca tradicional y reflexionar sobre las múltiples capas de la historia regional—incluido el papel esencial, aunque muchas veces ignorado, de las comunidades afrocaribeñas y afrodescendientes en su formación.
Una breve historia de la Anexión de Nicoya
El 25 de julio de 1824, el territorio de Nicoya—que incluía lo que hoy conocemos como Guanacaste—votó para anexarse pacíficamente a Costa Rica en lugar de Nicaragua. Este acto de libre determinación y diplomacia se recuerda con la frase “De la patria por nuestra voluntad”, lema que forma parte del escudo de la provincia.
Hoy, el Día de la Anexión del Partido de Nicoya se celebra con bailes folclóricos, música de marimba, trajes típicos, montaderas (topes) y gastronomía regional, convirtiéndose en una de las celebraciones más arraigadas del país.
En Hacienda Guachipelín, los huéspedes pueden disfrutar de presentaciones culturales, relatos históricos, música en vivo y degustaciones gastronómicas que honran tanto la riqueza de esta fecha como la diversidad de los pueblos que la protagonizaron.

La Marimba es una herencia de la cultura africana
Cultura, comunidad y celebración en Guanacaste
La Anexión de Nicoya no es solo un evento político: es un homenaje a todo lo que define la identidad guanacasteca, desde la herencia indígena chorotega, hasta las tradiciones coloniales españolas y el legado afrodescendiente.
Quienes visitan la provincia pueden vivir:
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El Punto Guanacasteco, baile nacional de Costa Rica
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Platillos elaborados a base de maíz como el tamal asado, las rosquillas y las tortillas palmeadas
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Tradiciones sabaneras como la cabalgata y la vida ganadera
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Cerámica y arte inspirados en diseños precolombinos chorotegas
Guanacaste ha sido históricamente un cruce de culturas, moldeado por siglos de migración, trabajo, resistencia y celebración.
Herencia afrocaribeña y africana en Guanacaste
Como explica Keylor Morera Garro, pedagogo, escritor y apasionado por la recuperación de la herencia afrodescendiente en Guanacaste:
Aunque hoy en día se asocia la población afrodescendiente principalmente con Limón, las raíces africanas en Guanacaste son profundas y se remontan a la época colonial. Documentos históricos muestran que para el año 1801, el 85% de la población que vivía en lo que hoy es Guanacaste era afrodescendiente, incluyendo personas clasificadas como negros, zambos (indígena y africano), mulatos (europeo y africano) y pardos (mezcla de orígenes).
Muchos fueron traídos en condición de esclavitud para trabajar en haciendas ganaderas y fincas. Con el tiempo, algunos lograron su libertad y se integraron a la sociedad colonial a través de cofradías religiosas y capellanías, que ofrecían refugio espiritual y una forma de participación comunitaria.
Su legado cultural perdura en:
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El uso de instrumentos como la marimba, el quijongo, el juque y la carraca
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La práctica de fermentar vino de coyol, técnica perfeccionada por familias afrodescendientes
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Los bailes típicos guanacastecos, más cercanos a las danzas africanas por su ritmo y movimiento, que a las danzas ceremoniales indígenas
Un ejemplo destacado es el origen del “Punto Guanacasteco”, compuesto por Leandro Cabalceta Bran, descendiente de Diego Bran, un mulato libre de Liberia. Este dato resalta la influencia afrodescendiente en expresiones consideradas hoy como auténticamente guanacastecas.
Reconocer esta historia enriquece el significado de la Anexión de Nicoya, transformándola de un hito político a una celebración más amplia de los pueblos y culturas que han moldeado Guanacaste.

Es un día de celebración la anexión del partido de Nicoya
Cuando pienso en mi Nicoya – Un homenaje a la identidad y la memoria
Para comprender la esencia de Guanacaste—especialmente de Nicoya—es fundamental escuchar no solo la historia oficial, sino también las voces de la tradición oral y la poesía. El siguiente poema, escrito por Keyler Morera Garro, captura con fuerza el espíritu de esta tierra:
Nicoya
Cuando pienso en mi Nicoya
Siempre pienso en la fiesta, en la cimarrona, la yegüita y el coyol.Cuando pienso en mi Nicoya
Siempre pienso en la fiesta, en la Cimarrona, la yegüita y el coyol.
Cuando pienso en mi Nicoya,
Pienso en el cerro de la cruz y en el gran misterio de la serpiente que cada 3 de mayo hace que se reúnan los nietos para escuchar la leyenda de los labios de su abuela, doña Luz.
Cuando pienso en mi Nicoya,
Siempre pienso en la entrada de San Blas, en la Cofradía de la Señorita, la alborada, y en las abuelas que aunque pasan los años no se marchitan.
Cuando pienso en mi Nicoya,
Siempre pienso en las tortillas, el chicheme y las tanelas, en Matambú y las Matambas, en los cholos y las cholas, en el quijongo y el juque, en el contrabando y la parrandera.
Cuando pienso en mi Nicoya,
Siempre pienso en los esclavos negros, que un día pisaron está tierra, que nos heredaron comida, música y fiesta, Que nos heredaron grandeza, valentía y fuerza, que se quedaron en los colochos, en los «secretos» y en los remedios. No se fueron, se quedaron, y por si algún día lo dudas, tan solo mira a tu lado.
Este poema es un recordatorio de que Guanacaste es una identidad tejida con raíces indígenas, africanas y europeas. A través de su música, gastronomía, memoria colectiva y su gente, Nicoya continúa hablando de resistencia, orgullo y pertenencia.

Hasta la comida es una muestra de la deliciosa herencia africana
Donde se encuentran la historia y la naturaleza: Celebrá en Hacienda Guachipelín
Ubicada a solo minutos del Parque Nacional Rincón de la Vieja, Hacienda Guachipelín es una finca y eco-lodge comprometida con preservar y compartir el patrimonio natural y cultural de Guanacaste. Durante la semana del 25 de julio, los huéspedes pueden disfrutar de:
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Presentaciones culturales con música y bailes tradicionales
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Demostraciones de cocina con platillos a base de maíz
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Narración de leyendas y charlas históricas
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Tours de aventura sostenible por ríos, cascadas, y bosques tropicales secos
Desde cabalgar por senderos volcánicos hasta relajarse en aguas termales rodeadas de selva, cada experiencia en Guachipelín honra la historia y diversidad de Guanacaste—una tierra viva, resiliente, y profundamente encantadora.